Mis medios de ascención y descenso consisten únicamente en dilatar o comprimir por medio de distintas temperaturas el gas encerrado dentro del aerostato. Y he aquí cómo obtengo este resultado.
Habéis visto embarcar con la barquilla algunas cajas cuyo uso desconocéis sin duda. Estas cajas son en número de cinco. La primera contiene unos veinte galones de agua, a la cual añado algunas gotas de ácido sulfúrico para aumentar su conductividad, y la descompongo por medio de una enérgica pila de Bunsen. El agua, como sabéis, se compone de dos violúmenes de hidrógeno y un volumen de gas oxígeno.
Este último, bajo la acción de la pila, pasa por un polo positivo a una segunda caja. Otra tercera, colocada encima de la segunda, y de doble capacidad, recibe el hidrógeno que llega por el polo negativo.
Dos espitas, de las cuales la una tiene doble abertura que la otra, ponen en comunicación estas dos cajas con la otra, que es la cuarta y se llama caja de mezcla. En ella, en efecto, se mezclan los dos gases procedentes de la descomposición del agua. La capacidad de esta caja viene a ser de cuarenta y un pies cúbicos.
En la parte superior de esta caja hay un tubo de platino, provisto de una llave. Ya habréis comprendido, señores, que el aparato que os describo es simplemente una mezcla de gas oxígeno e hidrógeno, cuyo calor excede el fuego de una fragua.
Extracto de "CINCO SEMANAS EN GLOBO"; de Julio Verne. Capítulo X.