El otro día visité nuestro antiguo Cenobio de Valerón. Recuerdo los años en que, abandonado a su suerte -y aún así respetado por la población-, se podía investigar con detalle y respeto el conjunto de las cuevas. Ahora, varias veces rehabilitado, han construido una escalinata para poder contemplar el conjunto "desde la altura".
Una intervención "relativamente afortunada", una gestión y un trato correcta y amable, y solo un destacable error de los promotores y administradores de la rehabilitación -sirva las veces de sugerencia-, el no distinguir entre un turista cultural, que bienvenidos sean, y un ciudadano de a pie que desea conocer algo mas de la tierra que pisa. (a la hora de pagar un precio para entrar en el lugar). La memoria, la cultura y la historia son de todos. ¿No existe manera divina y humana en la que el usuario no sea el encargado de pagar por la cultura?
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