Para los profanos en la mística disciplina informática el término virus no deja impasible. No suena nada bueno. Pero, al igual que en la medicina, parece ser que también hay virus buenos, o al menos necesarios para el desarrollo de la actividad vital.
Por otro lado tenemos los términos programa, o aplicación si hablamos de móviles, y sin duda suena bastante adecuado. Son al fin y al cabo herramientas. Algo positivo.
Sin embargo, debo comentar que a nivel exclusivamente técnico es muy difícil, quizás imposible, poder diferenciarlos. Porque la diferencia principal entre un virus y un programa es la intencionalidad del mismo.
Si la tarea que desarrolla te ayuda lo denominamos aplicacion. Pero si hace un trabajo que no te ayuda, o incluso te perjudica, lo llamamos virus, o riesgo informatico, o vulnerabilidad. Y no hablemos si lo hace de manera silenciosa, como suele suceder.
Y claro, como el bien y el mal son algo bastante subjetivo, muchos programas y especialmente muchísimas aplicaciones para móviles se dedican a ofrecer algo gratis para obtener a cambio información personal y capacidad de operatividad del aparato o terminal donde son instalados. Un precio quizás demasiado caro a pagar, aunque no sea en términos monetarios.
Por otro lado tenemos los términos programa, o aplicación si hablamos de móviles, y sin duda suena bastante adecuado. Son al fin y al cabo herramientas. Algo positivo.
Sin embargo, debo comentar que a nivel exclusivamente técnico es muy difícil, quizás imposible, poder diferenciarlos. Porque la diferencia principal entre un virus y un programa es la intencionalidad del mismo.
Si la tarea que desarrolla te ayuda lo denominamos aplicacion. Pero si hace un trabajo que no te ayuda, o incluso te perjudica, lo llamamos virus, o riesgo informatico, o vulnerabilidad. Y no hablemos si lo hace de manera silenciosa, como suele suceder.
Y claro, como el bien y el mal son algo bastante subjetivo, muchos programas y especialmente muchísimas aplicaciones para móviles se dedican a ofrecer algo gratis para obtener a cambio información personal y capacidad de operatividad del aparato o terminal donde son instalados. Un precio quizás demasiado caro a pagar, aunque no sea en términos monetarios.