Yo se que este articulo molestara a muchos, no tanto por lo que explica, que espero sea de utilidad para los necesitados, sino porque muestra la cantidad de tiempo que podemos perder (yo así lo perdí) si en vez de hacer las cosas con el ordenador las hacemos con el ordenador. Puede parecer lo mismo pero no es igual. Y es que el que sabe, sabe. Y el que no, que aprenda.
Me explicó: Imagina que tenemos una carpeta con n fotos. n es un número indeterminado, pero finito. Pongamos que son muchas imágenes, todas ellas archivos con formato .png . Resulta que tu jefe te solicita, si te es posible, cambiarlas todas a un formato .tiff . Sí, como lo oyes. De png a tiff ¿pero para qué? -No preguntes. Tu renombra las imágenes y punto...
Bien. Podemos hacerlo usando el ordenador. Puedo situarme en la carpeta, abrir todos y cada uno de los archivos con mi programa de edición de imágenes favorito y exportar todas y cada una de las imágenes en dicho formato (¿Para que diantres puede uno querer un formato .tiff?). Eso podría significar unos 30 segundos por imagen, para n imágenes 30 x n segundos. Si 3600 segundos son una hora, en una hora podremos transformar 120 imágenes. Fantástico. Eso es hacer las cosas con el ordenador. 1 hora = 120 imágenes, en este hipotético ejemplo.
Temblad becarios. (no te preocupes. Tu jefe no lee este blog). Este es el comando que puede barrernos de la faz del horizonte laboral, si algún día el vsùñño de tu jefe se entera. (perdonadme aquí por revelar semejante información). Como decía:
Bien. Podemos hacerlo usando el ordenador. Puedo ir a Inicio, Ejecutar y escribir cmd para poder acceder a una consola, terminal o shell. Una vez ahí dentro (letras blancas, fondo negro...), ubicarme en la carpeta usando cd nombreCarpeta y cd .. para ir "atras", y luego teclear
rename *.png *.tiff
Una pasada. Lo hace "solito". Menudo genio. No sé cuanto tarda en cambiar la extensión de 120 archivos este comando... ¿se medira en milisegundos?... en fin. Te puedes tomar el resto de la hora libre. Hoy ya cumplíste, listillo.
¿se puede medir el amor al arte?
Me explicó: Imagina que tenemos una carpeta con n fotos. n es un número indeterminado, pero finito. Pongamos que son muchas imágenes, todas ellas archivos con formato .png . Resulta que tu jefe te solicita, si te es posible, cambiarlas todas a un formato .tiff . Sí, como lo oyes. De png a tiff ¿pero para qué? -No preguntes. Tu renombra las imágenes y punto...
Bien. Podemos hacerlo usando el ordenador. Puedo situarme en la carpeta, abrir todos y cada uno de los archivos con mi programa de edición de imágenes favorito y exportar todas y cada una de las imágenes en dicho formato (¿Para que diantres puede uno querer un formato .tiff?). Eso podría significar unos 30 segundos por imagen, para n imágenes 30 x n segundos. Si 3600 segundos son una hora, en una hora podremos transformar 120 imágenes. Fantástico. Eso es hacer las cosas con el ordenador. 1 hora = 120 imágenes, en este hipotético ejemplo.
Temblad becarios. (no te preocupes. Tu jefe no lee este blog). Este es el comando que puede barrernos de la faz del horizonte laboral, si algún día el vsùñño de tu jefe se entera. (perdonadme aquí por revelar semejante información). Como decía:
Bien. Podemos hacerlo usando el ordenador. Puedo ir a Inicio, Ejecutar y escribir cmd para poder acceder a una consola, terminal o shell. Una vez ahí dentro (letras blancas, fondo negro...), ubicarme en la carpeta usando cd nombreCarpeta y cd .. para ir "atras", y luego teclear
rename *.png *.tiff
Una pasada. Lo hace "solito". Menudo genio. No sé cuanto tarda en cambiar la extensión de 120 archivos este comando... ¿se medira en milisegundos?... en fin. Te puedes tomar el resto de la hora libre. Hoy ya cumplíste, listillo.
¿se puede medir el amor al arte?